En resumen, la discapacidad intelectual se entiende como una limitación significativa en el desarrollo cognitivo y adaptativo, pero no debe verse como una incapacidad fija o inmutable, sino como una condición que puede mejorar con apoyos adecuados en entornos inclusivos.
La atención educativa del alumnado con discapacidad intelectual representa un reto y una oportunidad para el profesorado. Esta condición, caracterizada por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en habilidades adaptativas, requiere enfoques pedagógicos específicos que favorezcan la comprensión, el aprendizaje y la participación plena del alumnado con discapacidad intelectual en el aula.
Sin embargo, es fundamental entender que, con las estrategias adecuadas, el alumnado con discapacidad intelectual puede desarrollar sus habilidades y participar de manera activa en su propio proceso educativo.