“Para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible es fundamental garantizar una vida saludable y promover el bienestar universal”
Garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades.
Una década de avances en salud reproductiva, salud materna y salud infantil podría estancarse o revertirse por la covid-19.
El 90% de los países aún informan sobre interrupciones en el servicio esencial de salud por los efectos que traído la pandemia.
La falta de datos impide comprender el verdadero impacto de la covid-19. Los países con un sistema de registro de defunciones completado al menos en un 75% fueron un 62% en el mundo, y en concreto, en el África subsahariana, fueron menos del 20%.
En junio de 2021, el total de muertes notificadas por COVID-19 alcanzó los 3,7 millones en todo el mundo. Europa y América del Norte experimentaron la mayor pérdida, con cerca de 1,7 millones, seguida de América Latina y el Caribe, con cerca de 1,2 millones, y Asia central y meridional, con algo menos de medio millón.
Para los que sobrevivieron al virus, la COVID-19 puede tener efectos persistentes en la salud, incluida la discapacidad a largo plazo debido a la cicatrización de los pulmones y el daño cardíaco, junto con problemas de salud mental que podrían afectar a las personas durante un período prolongado. El uso indiscriminado de antibióticos durante la pandemia podría aumentar aún más la resistencia antimicrobiana. Los datos de los países con estadísticas vitales fiables y oportunas indican que la pandemia de COVID-19 acortó considerablemente la esperanza de vida.
Llevar una dieta saludable, hacer ejercicio físico y dormir lo suficiente.
Vacunar a nuestros hijos.
Contribuye a promover la sensibilización y el apoyo a los problemas de salud mental como la depresión, el abuso de sustancias o el Alzheimer.